Los principios activos del zen
Hoy en día la palabra zen forma parte del vocabulario cotidiano. Se entiende que es algo relacionado con la calma, la pureza de líneas, la sencillez y la profundidad. El término ha sido utilizado en publicidad para productos tan dispares como cosméticos y decoración, también algunos productos informáticos lo usan.
1. ¿Pero qué es en realidad el zen?
El zen es una práctica que tiene su origen en la India y que atravesó la China para instalarse en Japón, lugar donde se implantó y desarrolló. En su origen, el zen quiere dar respuesta a una cuestión fundamental para toda persona: el sufrimiento. La respuesta que aporta es una práctica meditativa que nos llevará a sentir la serenidad original y a liberarnos del sufrimiento a través de la experiencia de un yo mas interno y profundo. Para ello el zen propone ejercicios que favorecen la experiencia de contacto con esta parte interior de la persona que no está sometida a los miedos y preocupaciones del ego o personalidad condicionada.
Hoy en día los investigadores se han interesado en estudiar esta práctica milenaria. En estudios científicos realizados en universidades americanas y japonesas sobre el cerebro y la meditación, han constatado los beneficios físicos y psíquicos de dicha práctica.
No es extraño encontrar programas de televisión que hablan de ello (por ejemplo hace algunos meses, en TF1 un presentador de moda realizaba un interviú a un monje zen) o revistas y periódicos (ver la contra de la Vanguardia de abril 2010) que hablan de los beneficios de las prácticas meditativas.
2. ¿Qué puede aportar el zen en el mundo de la empresa?
Ante todo, es necesario comprender que en el mundo de la empresa no se puede integrar una práctica meditativa de forma organizacional. Meditar es una decisión personal e íntima que debe situarse a otro nivel.
Pero sí se puede utilizar aquello que hemos llamado los principios activos del zen. Del mismo modo que en farmacia se utilizan los principios activos de las plantas para sanar ciertas dolencias, sin necesidad de tomarse la planta en sí.
Estos principios aportan:
Serenidad
Concentración
Claridad mental
Seguridad personal
Pertinencia
Empatía
3. ¿Cómo se han obtenido los 7 principios activos del zen?
Durante los mas de veinte años de práctica en consulta privada como terapeuta y psicóloga, he ido aplicando, al principio de forma totalmente intuitiva y sin casi darme cuenta, las técnicas que iba extrayendo de mí practica de zen. Para comprenderlo hay que entender que practico el zen desde hace 25 años y lo enseño desde hace mas de 20. El incorporar poco a poco esta forma de ver el mundo y el ser humano a la práctica terapéutica se hizo de forma natural.
Hace algunos años empecé a elaborar de forma más sistemática un proceso de observación y una formulación metodológica que acabo concretándose en los siete principios activos del zen.
Estos principios son, dentro de la práctica del zen, que es profunda y compleja a pesar de su aparente sencillez, puntos esenciales que cualquier persona puede aprender e integrar para mejorar su día a día.
Si bien inicié mi andadura en el mundo de la empresa con una proposición hace 19 años de “zen y creatividad” para directivos, es en estos últimos años cuando he encontrado realmente cual es mi aportación a este mundo tan complejo y con problemáticas tan diversas que es la empresa.
En el Ciclo7 se exponen y trabajan los siete principios activos del zen, con un enfoque totalmente pragmático adaptado especialmente a las necesidades de los directivos.
La gran ventaja de los ejercicios basados en los 7 principios activos es su eficacia y su facilidad de realización. No precisan de un aislamiento ni de condiciones particulares para ponerse en práctica, cualquier situación es buena, cualquier momento es adecuado.
Las ventajas de su práctica para los directivos son grandes en un mundo tan complejo y con tantas variables a gestionar. Los 7 principios les permiten principalmente, sentirse interiormente más estables y utilizar una energía interior que normalmente no tenían a su disposición y que se regenera naturalmente, evitando así el excesivo desgaste personal.
4. Algunas de las bases de los 7 principios activos del zen
El aspecto crucial para aprender y practicar los 7 principios activos del zen es la auto observación. La persona debe aprende a observarse a sí mismo de un modo diferente. A observarse sin enjuiciarse, sin desear cambiar ni mejorar. Sin juicios de valor. Esto lleva poco a poco a una más grande aceptación de sí mismo. Lo primero que suele ocurrir cuando alguien se observa es que le cuesta identificar lo que ve.
Muchas veces el primer paso es comprender que hay un mundo externo y una realidad interior. Acercarse a este mundo interior es el camino para comprender los procesos de la mente y las emociones. Esto facilita el comprender mejor las dificultades que se suelen encontrar en la vida cotidiana.
Es también dejar de buscar las causas de los problemas y del sufrimiento en los acontecimientos y asumir que una parte de esas causas es personal. Como decía Ortega y Gaset, yo soy yo y mis circunstancias. No se puede hacer abstracción ni de lo uno, ni de lo otro para comprender al yo.
¿Y porque es importante comprender al yo en el mundo empresarial? Porque es la base para la verdadera realización de la persona y alguien que se siente realizado se siente con la fuerza y la capacidad para hacer grandes cosas en su día a día.
El directivo que logra unificarse interiormente, actuar de forma centrada e íntimamente alineado con sus valores y necesidades, es alguien eficaz, que empatiza de forma natural con sus colaboradores, que sabe escuchar. No vive en la angustia y la precipitación. Es alguien que puede determinar cuál es buen objetivo a lograr y cuál es el mejor modo de alcanzarlo. Es alguien flexible que sabe adaptarse y cambiar cuando la experiencia le muestra que es necesario.
El directivo que entra en esta dinámica personal, deviene una persona más centrada y creativa. Más serena y con mejor disposición mental para la toma de decisiones.
Otro aspecto muy importante que caracteriza los 7 principios activos del zen, es que da las claves para unificar los distintos aspectos de la persona. Cuerpo y mente se experimentan como una unidad. La persona se vive más entera y esto proporciona una gran fuerza. Los ejercicios psico físicos llevan a la comprensión por la experiencia de que se “es un cuerpo”, al contrario de la vivencia habitual de “tener un cuerpo”. Por ejemplo, se ha preguntado usted: ¿cuándo tengo la nuca crispada, quien está crispado? ¿Yo o algo a lo que llamo nuca? Puede hacerse masajes, realizar ejercicios de relajación, pero si su actitud interior no cambia, su nuca seguirá crispándose, porque usted es emoción, pensamiento y cuerpo, todo en uno y sus crispaciones son expresión de su forma de vivir los acontecimientos internos y externos.
Los ejercicios que se realizan son simples y fáciles. Son como la pequeña bola de nieve que se pone a rodar en la cima de la montaña. A medida que avanza deviene grande y potente. Porque los grandes cambios empiezan siempre con pequeños movimientos.
Los principios activos del zen
Hoy en día la palabra zen forma parte del vocabulario cotidiano. Se entiende que es algo relacionado con la calma, la pureza de líneas, la sencillez y la profundidad. El término ha sido utilizado en publicidad para productos tan dispares como cosméticos y decoración, también algunos productos informáticos lo usan.
1. ¿Pero qué es en realidad el zen?
El zen es una práctica que tiene su origen en la India y que atravesó la China para instalarse en Japón, lugar donde se implantó y desarrolló. En su origen, el zen quiere dar respuesta a una cuestión fundamental para toda persona: el sufrimiento. La respuesta que aporta es una práctica meditativa que nos llevará a sentir la serenidad original y a liberarnos del sufrimiento a través de la experiencia de un yo mas interno y profundo. Para ello el zen propone ejercicios que favorecen la experiencia de contacto con esta parte interior de la persona que no está sometida a los miedos y preocupaciones del ego o personalidad condicionada.
Hoy en día los investigadores se han interesado en estudiar esta práctica milenaria. En estudios científicos realizados en universidades americanas y japonesas sobre el cerebro y la meditación, han constatado los beneficios físicos y psíquicos de dicha práctica.
No es extraño encontrar programas de televisión que hablan de ello (por ejemplo hace algunos meses, en TF1 un presentador de moda realizaba un interviú a un monje zen) o revistas y periódicos (ver la contra de la Vanguardia de abril 2010) que hablan de los beneficios de las prácticas meditativas.
2. ¿Qué puede aportar el zen en el mundo de la empresa?
Ante todo, es necesario comprender que en el mundo de la empresa no se puede integrar una práctica meditativa de forma organizacional. Meditar es una decisión personal e íntima que debe situarse a otro nivel.
Pero sí se puede utilizar aquello que hemos llamado los principios activos del zen. Del mismo modo que en farmacia se utilizan los principios activos de las plantas para sanar ciertas dolencias, sin necesidad de tomarse la planta en sí.
Estos principios aportan:
Serenidad
Concentración
Claridad mental
Seguridad personal
Pertinencia
Empatía
3. ¿Cómo se han obtenido los 7 principios activos del zen?
Durante los mas de veinte años de práctica en consulta privada como terapeuta y psicóloga, he ido aplicando, al principio de forma totalmente intuitiva y sin casi darme cuenta, las técnicas que iba extrayendo de mí practica de zen. Para comprenderlo hay que entender que practico el zen desde hace 25 años y lo enseño desde hace mas de 20. El incorporar poco a poco esta forma de ver el mundo y el ser humano a la práctica terapéutica se hizo de forma natural.
Hace algunos años empecé a elaborar de forma más sistemática un proceso de observación y una formulación metodológica que acabo concretándose en los siete principios activos del zen.
Estos principios son, dentro de la práctica del zen, que es profunda y compleja a pesar de su aparente sencillez, puntos esenciales que cualquier persona puede aprender e integrar para mejorar su día a día.
Si bien inicié mi andadura en el mundo de la empresa con una proposición hace 19 años de “zen y creatividad” para directivos, es en estos últimos años cuando he encontrado realmente cual es mi aportación a este mundo tan complejo y con problemáticas tan diversas que es la empresa.
En el Ciclo7 se exponen y trabajan los siete principios activos del zen, con un enfoque totalmente pragmático adaptado especialmente a las necesidades de los directivos.
La gran ventaja de los ejercicios basados en los 7 principios activos es su eficacia y su facilidad de realización. No precisan de un aislamiento ni de condiciones particulares para ponerse en práctica, cualquier situación es buena, cualquier momento es adecuado.
Las ventajas de su práctica para los directivos son grandes en un mundo tan complejo y con tantas variables a gestionar. Los 7 principios les permiten principalmente, sentirse interiormente más estables y utilizar una energía interior que normalmente no tenían a su disposición y que se regenera naturalmente, evitando así el excesivo desgaste personal.
4. Algunas de las bases de los 7 principios activos del zen
El aspecto crucial para aprender y practicar los 7 principios activos del zen es la auto observación. La persona debe aprende a observarse a sí mismo de un modo diferente. A observarse sin enjuiciarse, sin desear cambiar ni mejorar. Sin juicios de valor. Esto lleva poco a poco a una más grande aceptación de sí mismo. Lo primero que suele ocurrir cuando alguien se observa es que le cuesta identificar lo que ve.
Muchas veces el primer paso es comprender que hay un mundo externo y una realidad interior. Acercarse a este mundo interior es el camino para comprender los procesos de la mente y las emociones. Esto facilita el comprender mejor las dificultades que se suelen encontrar en la vida cotidiana.
Es también dejar de buscar las causas de los problemas y del sufrimiento en los acontecimientos y asumir que una parte de esas causas es personal. Como decía Ortega y Gaset, yo soy yo y mis circunstancias. No se puede hacer abstracción ni de lo uno, ni de lo otro para comprender al yo.
¿Y porque es importante comprender al yo en el mundo empresarial? Porque es la base para la verdadera realización de la persona y alguien que se siente realizado se siente con la fuerza y la capacidad para hacer grandes cosas en su día a día.
El directivo que logra unificarse interiormente, actuar de forma centrada e íntimamente alineado con sus valores y necesidades, es alguien eficaz, que empatiza de forma natural con sus colaboradores, que sabe escuchar. No vive en la angustia y la precipitación. Es alguien que puede determinar cuál es buen objetivo a lograr y cuál es el mejor modo de alcanzarlo. Es alguien flexible que sabe adaptarse y cambiar cuando la experiencia le muestra que es necesario.
El directivo que entra en esta dinámica personal, deviene una persona más centrada y creativa. Más serena y con mejor disposición mental para la toma de decisiones.
Otro aspecto muy importante que caracteriza los 7 principios activos del zen, es que da las claves para unificar los distintos aspectos de la persona. Cuerpo y mente se experimentan como una unidad. La persona se vive más entera y esto proporciona una gran fuerza. Los ejercicios psico físicos llevan a la comprensión por la experiencia de que se “es un cuerpo”, al contrario de la vivencia habitual de “tener un cuerpo”. Por ejemplo, se ha preguntado usted: ¿cuándo tengo la nuca crispada, quien está crispado? ¿Yo o algo a lo que llamo nuca? Puede hacerse masajes, realizar ejercicios de relajación, pero si su actitud interior no cambia, su nuca seguirá crispándose, porque usted es emoción, pensamiento y cuerpo, todo en uno y sus crispaciones son expresión de su forma de vivir los acontecimientos internos y externos.
Los ejercicios que se realizan son simples y fáciles. Son como la pequeña bola de nieve que se pone a rodar en la cima de la montaña. A medida que avanza deviene grande y potente. Porque los grandes cambios empiezan siempre con pequeños movimientos.
Los principios activos del zen
Hoy en día la palabra zen forma parte del vocabulario cotidiano. Se entiende que es algo relacionado con la calma, la pureza de líneas, la sencillez y la profundidad. El término ha sido utilizado en publicidad para productos tan dispares como cosméticos y decoración, también algunos productos informáticos lo usan.
1. ¿Pero qué es en realidad el zen?
El zen es una práctica que tiene su origen en la India y que atravesó la China para instalarse en Japón, lugar donde se implantó y desarrolló. En su origen, el zen quiere dar respuesta a una cuestión fundamental para toda persona: el sufrimiento. La respuesta que aporta es una práctica meditativa que nos llevará a sentir la serenidad original y a liberarnos del sufrimiento a través de la experiencia de un yo mas interno y profundo. Para ello el zen propone ejercicios que favorecen la experiencia de contacto con esta parte interior de la persona que no está sometida a los miedos y preocupaciones del ego o personalidad condicionada.
Hoy en día los investigadores se han interesado en estudiar esta práctica milenaria. En estudios científicos realizados en universidades americanas y japonesas sobre el cerebro y la meditación, han constatado los beneficios físicos y psíquicos de dicha práctica.
No es extraño encontrar programas de televisión que hablan de ello (por ejemplo hace algunos meses, en TF1 un presentador de moda realizaba un interviú a un monje zen) o revistas y periódicos (ver la contra de la Vanguardia de abril 2010) que hablan de los beneficios de las prácticas meditativas.
2. ¿Qué puede aportar el zen en el mundo de la empresa?
Ante todo, es necesario comprender que en el mundo de la empresa no se puede integrar una práctica meditativa de forma organizacional. Meditar es una decisión personal e íntima que debe situarse a otro nivel.
Pero sí se puede utilizar aquello que hemos llamado los principios activos del zen. Del mismo modo que en farmacia se utilizan los principios activos de las plantas para sanar ciertas dolencias, sin necesidad de tomarse la planta en sí.
Estos principios aportan:
Serenidad
Concentración
Claridad mental
Seguridad personal
Pertinencia
Empatía
3. ¿Cómo se han obtenido los 7 principios activos del zen?
Durante los mas de veinte años de práctica en consulta privada como terapeuta y psicóloga, he ido aplicando, al principio de forma totalmente intuitiva y sin casi darme cuenta, las técnicas que iba extrayendo de mí practica de zen. Para comprenderlo hay que entender que practico el zen desde hace 25 años y lo enseño desde hace mas de 20. El incorporar poco a poco esta forma de ver el mundo y el ser humano a la práctica terapéutica se hizo de forma natural.
Hace algunos años empecé a elaborar de forma más sistemática un proceso de observación y una formulación metodológica que acabo concretándose en los siete principios activos del zen.
Estos principios son, dentro de la práctica del zen, que es profunda y compleja a pesar de su aparente sencillez, puntos esenciales que cualquier persona puede aprender e integrar para mejorar su día a día.
Si bien inicié mi andadura en el mundo de la empresa con una proposición hace 19 años de “zen y creatividad” para directivos, es en estos últimos años cuando he encontrado realmente cual es mi aportación a este mundo tan complejo y con problemáticas tan diversas que es la empresa.
En el Ciclo7 se exponen y trabajan los siete principios activos del zen, con un enfoque totalmente pragmático adaptado especialmente a las necesidades de los directivos.
La gran ventaja de los ejercicios basados en los 7 principios activos es su eficacia y su facilidad de realización. No precisan de un aislamiento ni de condiciones particulares para ponerse en práctica, cualquier situación es buena, cualquier momento es adecuado.
Las ventajas de su práctica para los directivos son grandes en un mundo tan complejo y con tantas variables a gestionar. Los 7 principios les permiten principalmente, sentirse interiormente más estables y utilizar una energía interior que normalmente no tenían a su disposición y que se regenera naturalmente, evitando así el excesivo desgaste personal.
4. Algunas de las bases de los 7 principios activos del zen
El aspecto crucial para aprender y practicar los 7 principios activos del zen es la auto observación. La persona debe aprende a observarse a sí mismo de un modo diferente. A observarse sin enjuiciarse, sin desear cambiar ni mejorar. Sin juicios de valor. Esto lleva poco a poco a una más grande aceptación de sí mismo. Lo primero que suele ocurrir cuando alguien se observa es que le cuesta identificar lo que ve.
Muchas veces el primer paso es comprender que hay un mundo externo y una realidad interior. Acercarse a este mundo interior es el camino para comprender los procesos de la mente y las emociones. Esto facilita el comprender mejor las dificultades que se suelen encontrar en la vida cotidiana.
Es también dejar de buscar las causas de los problemas y del sufrimiento en los acontecimientos y asumir que una parte de esas causas es personal. Como decía Ortega y Gaset, yo soy yo y mis circunstancias. No se puede hacer abstracción ni de lo uno, ni de lo otro para comprender al yo.
¿Y porque es importante comprender al yo en el mundo empresarial? Porque es la base para la verdadera realización de la persona y alguien que se siente realizado se siente con la fuerza y la capacidad para hacer grandes cosas en su día a día.
El directivo que logra unificarse interiormente, actuar de forma centrada e íntimamente alineado con sus valores y necesidades, es alguien eficaz, que empatiza de forma natural con sus colaboradores, que sabe escuchar. No vive en la angustia y la precipitación. Es alguien que puede determinar cuál es buen objetivo a lograr y cuál es el mejor modo de alcanzarlo. Es alguien flexible que sabe adaptarse y cambiar cuando la experiencia le muestra que es necesario.
El directivo que entra en esta dinámica personal, deviene una persona más centrada y creativa. Más serena y con mejor disposición mental para la toma de decisiones.
Otro aspecto muy importante que caracteriza los 7 principios activos del zen, es que da las claves para unificar los distintos aspectos de la persona. Cuerpo y mente se experimentan como una unidad. La persona se vive más entera y esto proporciona una gran fuerza. Los ejercicios psico físicos llevan a la comprensión por la experiencia de que se “es un cuerpo”, al contrario de la vivencia habitual de “tener un cuerpo”. Por ejemplo, se ha preguntado usted: ¿cuándo tengo la nuca crispada, quien está crispado? ¿Yo o algo a lo que llamo nuca? Puede hacerse masajes, realizar ejercicios de relajación, pero si su actitud interior no cambia, su nuca seguirá crispándose, porque usted es emoción, pensamiento y cuerpo, todo en uno y sus crispaciones son expresión de su forma de vivir los acontecimientos internos y externos.
Los ejercicios que se realizan son simples y fáciles. Son como la pequeña bola de nieve que se pone a rodar en la cima de la montaña. A medida que avanza deviene grande y potente. Porque los grandes cambios empiezan siempre con pequeños movimientos.