A lo largo de los siglos al zen se le han adjudicado distintos nombres. Uno de ellos es la vía de la acción o la vía de la acción justa. El zen es la vía de la acción justa. Esta acción justa concierne a toda persona y también es un camino para el liderazgo consciente.
Este denominativo me parece muy adecuado a la práctica que propone y al estilo de vida que se deriva de ella.
Si analizamos dicha práctica, vemos que se basa en una actitud de consciencia plena al instante presente. En cualquier acción y en cualquier situación. Esto significa estar de un modo muy distinto al que se suele estar en la vida cotidiana. La consciencia plena requiere de un esfuerzo de atención determinado y determinante, puesto que no es lo mismo darnos cuenta de lo que sucede que actuar de forma automática. Cuando actuamos de forma automática lo hacemos a la merced de contenidos inconscientes, que muchas veces nos controlan, como los miedos, las experiencias traumáticas, los anhelos del ego, en definitiva, no somos libres sino prisioneros de nuestra sombra.
El buscar esta forma de vivir con consciencia implica también el estar en el presente. Nuestra mente nos sabotea constantemente el contacto con lo que sucede aquí y ahora. Estamos hechos para la dispersión. Es una de las características más curiosas de la mente humana. Cuando miramos los contenidos mentales nos damos cuenta de cuantas cosas suceden al mismo tiempo, inconexas, involuntarias, automáticas. Se suele decir que nuestra mente es un conjunto de procesos involuntarios y de respuestas subcorticales. Nada que ver con lo que nos parece que es. Tenemos la percepción de control, pero esto queda lejos de la realidad. Para poder llegar a dirigir de forma consciente nuestro pensamiento, debemos entrenarnos y aprender a hacerlo.
Todo esto forma parte de las prácticas históricas del zen, de sus propuestas.
Su ejercicio principal, el za-zen, es decir, la meditación sentada es una joya de simplicidad y belleza.
Sentarse a dejar de hacer desde las premisas del ego, a sentir, a estar presentes, es un enorme reto y a la vez, una gran posibilidad de abrirse a una realidad más profunda y rica.
Si volvemos al nombre de vía de la acción, comprendemos que ese sentarse no es un ejercicio de pasividad. Es un ejercicio de detenerse, de buscar conscientemente no hacer, de parar de verdad. Esto nos abre aun espacio interior distinto del habitual que nos reconecta con la fuerza interior. Detenerse no tiene una finalidad estática, sino que es la única forma de poder hacer desde el buen lugar. Si no eres capaz de detenerte, de centrarte, corres el peligro de actuar sin sentido.
Hay un momento para parar y otro para actuar. En eso se basa la acción justa. Esta justeza es hacer lo que se ha de hacer en el momento en que se tiene que hacer.
Es difícil y al mismo tiempo inevitable cuando se está centrado. Cada cosa tiene su tiempo y su manera. Sólo nuestra mente confusa y nuestras expectativas nos alejan de esto.
Llegar a la acción justa es una percepción en primer lugar íntima. Sabemos que hacemos lo adecuado, para nosotros, para los demás y para el entorno. No podemos hacer algo adecuado sólo para nosotros. Esto no existe en realidad. Una persona mentalmente sana, centrada, no puede sentirse bien a costa de los demás. Siente la unión con los otros, favorece el bienestar común.
El zen es un camino individual y social. Por ello, la vía de la acción justa es una práctica a realizar a título personal y también en todos los ámbitos de la sociedad.
¿Os imagináis un mundo en el que los dirigentes de los países practicasen la vía de la acción justa? ¿os imagináis a los líderes de las organizaciones y empresas practicando esta vía de la acción justa? Una utopía, ¿verdad? Sin embargo, la imagen nos devuelve un mundo más en paz, más respetuoso con nuestro entorno, donde las posibilidades de convivir y aprender juntos serian mayores.
Cada uno de nosotros tiene la capacidad de practicar esta vía. Cada práctica es importante. No sólo se contagian los virus, también las buenas actitudes son contagiosas.
Laia Monserrat
Enseñando zen desde 1989Si deseas conocer más sobre La vía de la acción justa, como camino personal contáctame en tel. + 34 617713150 o info@presenciazen.com
Si quieres llevar los seminarios y retiros de la Vía de la Acción Justa a tu empresa u organización, contáctanos en tel. + 34 617713150 o zm@presenciazen.com Zen & Management
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Cookies estrictamente necesarias
Las cookies estrictamente necesarias tiene que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Si desactivas esta cookie no podremos guardar tus preferencias. Esto significa que cada vez que visites esta web tendrás que activar o desactivar las cookies de nuevo.
Cookies de terceros
Esta web utiliza Google Analytics para recopilar información anónima tal como el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares.
Dejar esta cookie activa nos permite mejorar nuestra web.
¡Por favor, activa primero las cookies estrictamente necesarias para que podamos guardar tus preferencias!