A veces siento una presencia que me roza, como el toque de un ala ligera en alma.
Sé que no es un ángel.
Sé que no es un demonio.
Sé que no es un espíritu.
Sé que no es el viento.
Sé que no puedo ponerle nombre.
Y me quedo sin palabras para definirlo.
Como una niña que no sabe.
Y cuando intento atraparlo dibujando círculos, se escapa y en el círculo aparece el Vacío.
Digo que es un Tu, lo Otro, lo Totalmente Otro, pero lo siento como un plenamente Yo. Pero no hay ni Yo ni Tu. Solo Hay.
Siento entonces la fuerza del mar que soy y pienso que cada célula de mi ser Es.
Pero no soy solo una ola de ese mar.
Soy sal, agua, abismo profundo, reflejo del sol, marea, tempestad y estanque.
No sé qué me pasa cuando eso me pasa. Solo sé que en esos momentos el velo se rasga.
Entonces el amor fluye, ni de dentro a fuera, ni de fuera a dentro. Ni viene ni va. Pero fluye con fuerza y se da.
De repente todo tiene sentido. Se da. Me doy. Somos.
Y estamos aquí, plenamente aquí, en la calle, en la vida, porque somos Vida.
A veces siento una presencia que me roza, como el toque de un ala ligera en alma.
Sé que no es un ángel.
Sé que no es un demonio.
Sé que no es un espíritu.
Sé que no es el viento.
Sé que no puedo ponerle nombre.
Y me quedo sin palabras para definirlo.
Como una niña que no sabe.
Y cuando intento atraparlo dibujando círculos, se escapa y en el círculo aparece el Vacío.
Digo que es un Tu, lo Otro, lo Totalmente Otro, pero lo siento como un plenamente Yo. Pero no hay ni Yo ni Tu. Solo Hay.
Siento entonces la fuerza del mar que soy y pienso que cada célula de mi ser Es.
Pero no soy solo una ola de ese mar.
Soy sal, agua, abismo profundo, reflejo del sol, marea, tempestad y estanque.
No sé qué me pasa cuando eso me pasa. Solo sé que en esos momentos el velo se rasga.
Entonces el amor fluye, ni de dentro a fuera, ni de fuera a dentro. Ni viene ni va. Pero fluye con fuerza y se da.
De repente todo tiene sentido. Se da. Me doy. Somos.
Y estamos aquí, plenamente aquí, en la calle, en la vida, porque somos Vida.