Con estas premisas, escuché ayer a Rahel en su charla en el CCCB de Barcelona:
“La filòsofa Rahel Jaeggi, una de les principals veus de la teoria crítica contemporània, ens explica com, des de la filosofia, podem plantejar-nos la greu crisi que travessa avui Europa.
Al llarg de la seva trajectòria, Jaeggi ha treballat conceptes com l’alienació, la crítica i, més recentment, la relació entre el canvi social i el progrés moral. En un context de guerra a les portes d’Europa, com ens pot ajudar la tradició del pensament crític a canviar la perspectiva sobre el futur i evitar la regressió? Quina idea de progrés ha de guiar aquesta tasca?”
Lo que oí me pareció interesante, la mirada de la filosofía sobre la realidad social y política es fundamental. Sin embargo, creo que manifestaba una actitud con poca fuerza y deshilada… en proceso de construcción, cosa, por otra parte muy del ámbito filosófico. No podemos sacar conclusiones rápidas de los cambios que se producen en nuestro entorno. Y sin embargo, mientras vamos pensando en el sentido de dichos cambios y en las posibilidades, hay quienes deciden y concretan situaciones que difícilmente tienen marcha atrás.
Es la paradoja a la que nos enfrentamos como humanos. Quienes se toman la molestia de interesarse por el bienestar común, por buscar cómo avanzar juntos hacia metas de crecimiento real, es decir, de mejora como seres humanos, se ven sobrepasados por quienes no se plantean más que sus intereses egoístas y financieros.
Sin embargo, aquí estamos, pensando, sintiendo y comprometidos con una lucha que empieza en nuestro interior. Como dijo Machado, “estoy en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas”, puesto que si no nos clarificamos interiormente, poco podemos hacer por lograr un presente y un futuro con sentido social, económico, evolutivo y espiritual.
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